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lunes, 25 de octubre de 2010


Siempre tuve un defecto, no se decir que no 
y pasadas las cuatro mi cara era un error 
atrancado como un idiota fui 
con el moño en la cabeza 
buscando en esas tetas el calor 
para poder sobrevivir 
a la agonía de la noche, 
a la desdicha de sentirme un mercenario del alcohol 
y alejarme entre los gritos y los tragos 
otra vez solo, un perdedor 

Salimos de aquella histeria hacia otro lugar 
huyendo de los colmillos de la soledad 
regalado, ofrecí el sabor de aquellos que en albergues 
se hacen tibios y no llevan al orgasmo ganador 
que ganador. 

Fue ahí que comprobé que siempre puede haber algo peor 
fue así que comprobé que la angustia es prima de la desesperación 
y que a veces, tal vez, estar solo es mejor 
y que al cielo no se llega nunca de a dos. 

Me quede dormido y con ganas de mear 
no existe peor remedio que la enfermedad 
fin del turno, lo molesto señor 
a este animal nocturno la mañana lo encontró al huir 
sin hígado, sin pecho y sin amor. 

Fue ahí que comprobé que siempre puede haber algo mejor 
fue así que comprobé que la angustia es prima de la desolación 
Fue ahí que comprobé que siempre puede haber algo peor 
fue así que comprobé que la angustia es prima de la desesperación 
y que a veces, tal vez, estar solo es mejor 
y que al cielo no se llega nunca de a dos. 

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