Siempre tuve un defecto, no se decir que no y pasadas las cuatro mi cara era un error atrancado como un idiota fui con el moño en la cabeza buscando en esas tetas el calor para poder sobrevivir a la agonía de la noche, a la desdicha de sentirme un mercenario del alcohol y alejarme entre los gritos y los tragos otra vez solo, un perdedor Salimos de aquella histeria hacia otro lugar huyendo de los colmillos de la soledad regalado, ofrecí el sabor de aquellos que en albergues se hacen tibios y no llevan al orgasmo ganador que ganador. Fue ahí que comprobé que siempre puede haber algo peor fue así que comprobé que la angustia es prima de la desesperación y que a veces, tal vez, estar solo es mejor y que al cielo no se llega nunca de a dos. Me quede dormido y con ganas de mear no existe peor remedio que la enfermedad fin del turno, lo molesto señor a este animal nocturno la mañana lo encontró al huir sin hígado, sin pecho y sin amor. Fue ahí que comprobé que siempre puede haber algo mejor fue así que comprobé que la angustia es prima de la desolación Fue ahí que comprobé que siempre puede haber algo peor fue así que comprobé que la angustia es prima de la desesperación y que a veces, tal vez, estar solo es mejor y que al cielo no se llega nunca de a dos.
lunes, 25 de octubre de 2010
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